A un año de la detención de Ismael “Mayo” Zambada en Estados Unidos, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que la intervención de instituciones estadounidenses provocó el aumento de la violencia en Sinaloa, estado donde ya se contabilizan más de mil 600 muertes por la guerra entre facciones del narcotráfico.
Ante el cuestionamiento directo sobre si tiene salida la guerra de cárteles en la entidad, Sheinbaum respondió con firmeza: “Vamos a pacificar Sinaloa, eso va a ser así. Se trabaja todos los días. Cuando hay honestidad, estrategia y trabajo, hay resultados”.
La mandataria federal señaló que si bien hay colaboración con el gobierno de Estados Unidos para disminuir el tráfico de drogas y armas, también existe un desbalance. México, dijo, atiende las causas del consumo de drogas, pero en EU no hay un programa sólido de prevención de adicciones ni una estrategia clara contra la venta ilegal.
“Desde México a Estados Unidos siempre hemos planteado que ellos también deben atender las causas. Estamos avanzando en la estrategia de seguridad. Estoy convencida de que lo estamos haciendo bien, están disminuyendo los homicidios y vamos a reducir todos los delitos”, aseguró.
Zambada no era un capo cualquiera. De acuerdo con grabaciones legales recabadas por la FGR entre diciembre de 2021 y junio de 2022, su figura era vista como la de un líder todopoderoso dentro del crimen organizado, incluso con capacidad —según traficantes cercanos a “Los Chapitos”— de ordenar al propio Gobierno actuar contra Iván Archivaldo Guzmán.
Desde su caída, la alianza de clanes sinaloenses vive su crisis más sangrienta y profunda. Para la presidenta Sheinbaum, pacificar Sinaloa es un compromiso ineludible, aunque el conflicto armado interno del narco se mantiene como uno de los más complejos del país.
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