En el corazón de la Sierra Gorda queretana, El Cedral se presenta como un rincón mágico donde la biodiversidad y la aventura se encuentran. Este paraje natural, a tan solo 30 minutos de Pinal de Amoles, invita a los visitantes a dejar atrás la rutina y sumergirse en su esplendor. Desde columpiarse con vistas que parecen tocar el cielo, hasta caminar por senderos boscosos que conducen a una imponente cascada de 40 metros, cada rincón ofrece una experiencia única. Este santuario, además, resguarda a los ajolotes, emblemáticos anfibios en peligro crítico de extinción, recordándonos la importancia de combinar el turismo con la conservación.
El Cedral no solo promete paisajes dignos de ser retratados, sino una conexión profunda con la naturaleza. Aquí, el turismo sustentable toma protagonismo, ofreciendo actividades organizadas por la comunidad local que no solo garantizan una visita segura y respetuosa con el entorno, sino que también apoyan la economía de la región. Entre neblina, campamentos, cabañas y la majestuosidad de su bosque, este destino es un recordatorio del valor de preservar los tesoros naturales de Querétaro. Visitar El Cedral es sumergirse en el equilibrio perfecto entre aventura, reflexión y compromiso con el medio ambiente.