La sociedad queretana lamenta la partida de Juan Germán Torres Landa García, quien deja un legado imborrable en el desarrollo de Jurica y Juriquilla.
Amante de las antigüedades y un hombre de empresa, Torres Landa se distinguió por su calidez humana y su capacidad de decisión. Su entrañable amistad con figuras como Eduardo Rabell refleja el profundo impacto que tuvo en quienes lo conocieron.
Hoy se reúne con sus padres y su hermano Juan Arturo “Pollo” Torres Landa, dejando un vacío entre amigos y familiares. Querétaro despide a un hombre querido y admirado, cuyo legado seguirá presente en la historia de la ciudad.