La deuda de Pemex con sus proveedores y contratistas aumentó en 103.3 mil millones de pesos en solo tres meses, lo que representa un incremento del 25.6 %.
Este crecimiento en los pasivos refleja la presión financiera que enfrenta la petrolera estatal, en un contexto donde su capacidad para saldar compromisos sigue siendo un desafío clave para su estabilidad económica.