Por Luis Gabriel Osejo.
De buena fuente: Fernando González Salinas, hasta hace algunas horas secretario de desarrollo urbano y obras públicas no fue despedido. Renunció.
Desde hace muchos meses, tal vez un año, había presentado su renuncia al gobernador Mauricio Kuri González. Pero no le había sido aceptada. Sabía que ‘la cuerda’ siempre se rompe por lo más delgado, y él era la cuerda en Paseo Cinco de Febrero, la obra más controvertida del sexenio. En los días más álgidos, le había dicho al gobernador que, si había que ‘sacrificar’ a alguien, él estaba dispuesto.
Pero el gobernador lo detuvo. Todos iban en el mismo ‘barco’.
Pasada la tormenta, o mejor dicho aminorada la tormenta, le tomaron la palabra y le dijeron adiós.
En su lugar llega Pio X Salgado, que ya había ocupado ese espacio en el gobierno de Pepe Calzada y uno de los constructores que más conoce la obra. Fue una especie de auditor externo, privado, de Cinco de Febrero. Sabe lo que falta, sabe lo que hay que hacer. Y no es nuevo en el radar del gobernador. Él y Sergio Chufani, habían sido considerados para ocupar el cargo, pero los dos declinaron la invitación.
Hoy, podemos hablar de un ‘refresh’ en el gobierno de Mauricio Kuri González. Vienen días, meses y años difíciles. Los más difíciles que haya enfrentado un gobernador en la historia moderna de Querétaro. Hay muchos frentes abiertos y tienen todo este año para cerrarlos. 5 de febrero es uno de ellos.
