En el panorama político de Querétaro, los pronósticos para la gubernatura de 2027 parecen estar marcados por la figura de Ricardo Anaya Cortés, quien, lejos de ser una opción menor, podría convertirse en el principal contendiente del PAN. A pesar de las múltiples voces que cuestionan la viabilidad de su candidatura, lo cierto es que el exlíder panista se perfila como un candidato «ideal», no solo para el estado, sino como un posible trampolín hacia la presidencia de México en 2030. Este escenario no parece tan remoto si consideramos las estrategias políticas que se están cocinando detrás de escena.
En un contexto donde el Partido Acción Nacional (PAN) busca recuperar terreno y proyectar una figura que pueda competir a nivel nacional en el futuro cercano, la opción de Ricardo Anaya como candidato a gobernador de Querétaro tiene sentido desde una perspectiva estratégica. No se trata solo de ganar en el estado, sino de consolidarse como una figura clave que, con el respaldo de un hipotético triunfo en la entidad, pueda fortalecer su imagen a nivel nacional. A lo largo de los últimos años, la figura de Anaya ha sido una de las más discutidas dentro del PAN, siendo la posibilidad de una candidatura en 2027 algo que se menciona cada vez con más frecuencia.
Sin embargo, y a pesar de la relevancia que Anaya pueda tener para el PAN, la selección de un candidato no dependerá únicamente de los intereses locales de Querétaro. Según el análisis del politólogo Alejandro Olvera, la verdadera decisión sobre quién será el próximo candidato a gobernador de Querétaro recae en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, encabezado por Jorge Romero. Esto implica que las dinámicas locales, a pesar de ser relevantes, no serán las que definan la candidatura, sino los intereses nacionales y las alianzas que se tejan a nivel central. Mauricio Kuri, gobernador de Querétaro, podría tener poco margen de maniobra en este proceso, ya que la decisión final estará en manos de quienes tienen el control del partido a nivel nacional.
En este contexto, no se debe descartar a otros aspirantes que podrían sorprender. Si bien Ricardo Anaya podría ser el favorito para muchos, las sorpresas políticas no son algo ajeno a los procesos electorales. En este sentido, la figura de Felifer Macías emerge como un posible «caballo negro» que podría ganar terreno a medida que avance el proceso. Aunque no está tan presente en la mente de muchos, Macías podría ser una opción que se haga notar por su perfil y sus alianzas estratégicas, convirtiéndose en un contendiente de peso en la contienda interna del PAN.
Lo que está claro es que el camino hacia la gubernatura de Querétaro está lejos de ser sencillo y estará lleno de maniobras políticas, estrategias y negociaciones a nivel nacional. La selección de un candidato a gobernador no es solo un asunto local, sino que se articula dentro de una dinámica más amplia que busca proyectar a un futuro líder nacional. De ahí que las posibilidades de Ricardo Anaya dependan no solo de su capacidad de conectar con los votantes queretanos, sino también de cómo logre posicionarse dentro de un proceso electoral que involucra los intereses de todo el PAN, y que podría tener repercusiones más allá de las fronteras del estado.
En resumen, el futuro de la política en Querétaro de cara a 2027 es incierto, pero lo que es seguro es que la lucha por la candidatura del PAN será intensa y estará marcada por una serie de factores políticos que van más allá de las aspiraciones locales. La figura de Ricardo Anaya, así como las maniobras de otros actores políticos, definirá en gran medida el rumbo de las próximas elecciones. ¿Será este el principio de un nuevo ciclo político para el PAN en Querétaro? Solo el tiempo lo dirá.