Con 409 votos a favor y 69 en contra, la Cámara de Diputados aprobó la reforma que prohíbe el cultivo de maíz transgénico en el país, declarando al maíz nativo como elemento de identidad nacional y estableciendo la obligación del Estado de garantizar su cultivo libre de transgénicos.
La iniciativa contó con el respaldo de Morena y sus aliados, así como de Movimiento Ciudadano y parte de la oposición. Durante la discusión, la diputada Claudia Ruiz Massieu propuso que los productores tengan acceso a nuevas tecnologías para fortalecer la soberanía alimentaria.
Desde el Partido del Trabajo, Lilia Aguilar Gil advirtió que permitir el maíz transgénico sería una amenaza para la biodiversidad mexicana, al señalar que las semillas modificadas pueden propagarse como una “plaga”.