La presidenta de la fundación Siempre Habrá un Milagro, Esperanza Osornio, anunció que impulsarán una reforma a la Ley General de Salud con la finalidad de prohibir que padres o tutores autoricen la realización de tatuajes o perforaciones a menores de edad.
La iniciativa plantea modificar el artículo 268 Bis-1 para impedir que personas menores de 18 años puedan acceder a estos procedimientos, aun con consentimiento de sus padres, bajo el argumento de proteger su salud ante el aumento en la transmisión de enfermedades por vía sanguínea como hepatitis y VIH, así como infecciones cutáneas por virus, bacterias y hongos.
Además de restringir el acceso a estos servicios para menores, la propuesta contempla una mayor regulación de los establecimientos que los ofrecen. Se busca que los locales dedicados a tatuajes y perforaciones estén debidamente verificados, cuenten con licencias de funcionamiento y cumplan estrictamente con medidas de seguridad, higiene y protocolos de esterilización o incineración de utensilios.
La reforma también propone que las autoridades federales, estatales y municipales impulsen campañas informativas dirigidas a comunidades educativas, padres de familia y adolescentes, para concientizar sobre los riesgos que estos procedimientos pueden representar para la salud.
La iniciativa será presentada en próximos días, abriendo nuevamente el debate sobre el derecho de los adolescentes a decidir sobre su cuerpo, el papel de los padres y las medidas necesarias para garantizar la seguridad sanitaria en este tipo de prácticas.