Por Viri Barrera De Santiago
En el día mundial de la educación ambiental, los invito a evaluar qué tanto hemos aprendido a preservar y proteger nuestra casa llamada tierra.
Durante la celebración del Congreso Internacional de Educación y formación de medio ambiente en Moscú en 1987, se definió el concepto de educación ambiental como un proceso permanente en el cual los individuos y las comunidades, adquieren conciencia de su medio y aprenden los conocimientos, los valores, las destrezas, la experiencia y también la determinación que les capacite para actuar, individual y colectivamente, en la resolución de los problemas ambientales presentes y futuros.
Desde entonces ya han transcurrido casi 36 años y aun en la actualidad, por ejemplo, hay quienes creen que el cambio climático es simplemente meteorológico, sin considerar que vivimos en un mundo complejo, desconociendo incluso cómo se compone y el porqué de su comportamiento, limitándose únicamente a resentir su evolución.
Apostémosle al uso de energías renovables, entendamos que el agua es un recurso esencial para la vida y es escaso, por lo que el desarrollo sostenible es la ruta para cubrir nuestras necesidades y prever satisfacer también las necesidades de futuras generaciones, proteger el medio ambiente es cuidar nuestra propia vida.