Tras el fallecimiento del papa Francisco a los 88 años de edad el pasado lunes de Pascua, un hecho insólito sacudió al Vaticano: la llegada de Angelo Becciu, excardenal destituido en 2020 por un escándalo de fraude financiero, quien ahora reclama su derecho a participar en el cónclave que elegirá al nuevo líder de la Iglesia Católica.
Pese a haber perdido los derechos que le confería su rango cardenalicio, Becciu se presentó en la sede del Vaticano con la intención de ser considerado en el proceso. Sin embargo, su participación no solo es improbable por su destitución, sino también porque supera la edad límite de 75 años para votar en el cónclave, teniendo actualmente 76.
El cónclave está previsto para los próximos días y toda la atención mundial está centrada en este momento crucial para la Iglesia.