Ángel Hernández, Brooklyn.— La Fiscalía de Estados Unidos calificó a Genaro García Luna, ex secretario de Seguridad Pública de México, como un criminal de alto perfil al compararlo con Joaquín “El Chapo” Guzmán. Durante la audiencia, el juez Brian Cogan señaló que García Luna “era el cártel”, subrayando la gravedad de los crímenes por los que fue condenado.
García Luna fue encontrado culpable en febrero de cinco cargos relacionados con el narcotráfico, incluidas conspiraciones para traficar cocaína a Estados Unidos y mentir a las autoridades. A lo largo del juicio, se destacó su presunta colaboración con el Cártel de Sinaloa durante su gestión en el gobierno mexicano, permitiendo que grandes cargamentos de droga cruzaran la frontera a cambio de sobornos millonarios.
El juez Cogan dictó una sentencia de 38 años de prisión, una condena que refleja la magnitud de los crímenes cometidos por García Luna al utilizar su posición de poder para proteger y facilitar las operaciones del narcotráfico. “Esta no fue una simple omisión de deberes. Fue una traición monumental a las instituciones mexicanas y a la confianza del pueblo”, enfatizó el juez Cogan durante la audiencia.
El exfuncionario, que alguna vez fue considerado uno de los hombres más poderosos y respetados en el ámbito de la seguridad pública en México, fue descrito por los fiscales como un personaje clave en la protección del Cártel de Sinaloa, dirigido por Joaquín “El Chapo” Guzmán. Según los testimonios presentados durante el juicio, García Luna recibió millones de dólares en sobornos para garantizar que los cargamentos de drogas llegaran sin contratiempos a Estados Unidos.
La sentencia de 38 años es el cierre de un proceso judicial que reveló los niveles de corrupción dentro del gobierno mexicano y sus estrechos vínculos con el narcotráfico. Las pruebas incluyeron testimonios de testigos colaboradores, documentos financieros y operaciones encubiertas que destaparon las redes de complicidad entre altos funcionarios y los líderes de los cárteles.
Aunque García Luna mantuvo su inocencia durante el proceso, el veredicto de culpabilidad y la condena lo posicionan como uno de los exfuncionarios de más alto rango en ser condenado por narcotráfico en Estados Unidos. Su caso marca un precedente importante en la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, no solo en México, sino también a nivel internacional.
La Fiscalía de Estados Unidos calificó a García Luna como un “traidor a la justicia” y sostuvo que su condena debe servir como una advertencia a otros funcionarios corruptos. Mientras tanto, el gobierno mexicano sigue revisando los contratos y operaciones bajo su administración para detectar posibles actos de corrupción y lavado de dinero vinculados a su figura.
Este es un caso que seguirá resonando tanto en México como en Estados Unidos, ya que representa un duro golpe para la confianza en las instituciones mexicanas y su relación con la seguridad nacional y el narcotráfico.