Israel Vallarta Cisneros fue liberado del penal de máxima seguridad del Altiplano luego de que una juez federal ordenara su libertad inmediata, al concluir que la Fiscalía General de la República (FGR) no logró acreditar su responsabilidad en los delitos que se le imputaban, entre ellos secuestro y delincuencia organizada.
A su salida, Vallarta agradeció a Dios por este momento y, visiblemente afectado de la garganta, dijo que no podía hablar mucho.
La resolución fue emitida por Mariana Vieyra Valdez, Juez Tercero de Distrito en Materia Penal en Toluca, quien determinó que no había pruebas suficientes para sostener la culpabilidad de Vallarta en el secuestro de seis personas ni en los delitos relacionados con portación de armas y posesión de cartuchos de uso exclusivo del Ejército.
Vallarta fue detenido el 8 de diciembre de 2005, junto con la ciudadana francesa Florence Cassez, en el rancho “Las Chinitas”, al sur de la Ciudad de México. Un día después, la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI), dirigida entonces por Genaro García Luna, montó un operativo falso para presentar la detención en televisión como si fuera en tiempo real, lo que generó fuertes críticas y cuestionamientos sobre la legalidad del proceso.
Mientras Cassez fue liberada en 2013 por violaciones graves al debido proceso —sin que la Corte resolviera sobre su culpabilidad—, Vallarta permaneció en prisión casi dos décadas, enfrentando un proceso judicial separado. Con esta resolución, el juez confirmó que Vallarta no tiene más procesos ni órdenes de aprehensión pendientes, lo que permitió su excarcelación.
El caso se convirtió en uno de los más emblemáticos sobre violaciones al debido proceso, abuso de autoridad y manipulación mediática en la historia reciente del sistema de justicia en México.
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