Valentín F. Frías, padre de la historia regional queretana, nos dejó un invaluable legado en su libro de 1910 “Las Calles de Querétaro”. Este trabajo histórico revela las historias y leyendas detrás de los nombres de las calles más emblemáticas de la ciudad, muchas de las cuales han cambiado, pero conservan en sus esquinas vestigios de su pasado con placas conmemorativas.
Desde la Calle de Cinco Señores, que honra una imagen religiosa retirada tras las Leyes de Reforma, hasta la misteriosa Calle de la Huaracha, cuyo nombre proviene de una corrupción lingüística del término tarasco “Rauracha,” cada rincón tiene algo que contar. Algunas evocan tragedias, como la Calle de la Degollada, que recuerda una historia de celos y supervivencia, o la Calle de Sal si Puedes, cuya intransitabilidad inspiró su temible apodo.
También hay relatos sobrenaturales, como el de la Casa de la Zacatecana en la Calle de la Flor Alta, una residencia colonial cargada de leyendas de asesinatos y apariciones. Y otras, como la Calle del Lobo o la Calle del Purgatorio de los Perros, están marcadas por la naturaleza y las prácticas de su época.
Este recorrido histórico, lleno de identidad y memoria, convierte a las calles de Querétaro en testigos del tiempo, donde la vida cotidiana se mezcla con mitos y momentos que siguen dando forma a la esencia de esta ciudad única.