Desde que Claudia Sheinbaum asumió la presidencia en octubre de 2024, México ha continuado enfrentando una crisis de seguridad que parece no tener fin. Las promesas de cambios en la estrategia para enfrentar la violencia son claras, pero la realidad pinta un panorama complejo: México sigue en llamas, ardiendo bajo el fuego cruzado del crimen organizado y la falta de seguridad.
Una Herencia de Violencia
La guerra contra el narcotráfico, que comenzó en 2006 bajo la administración de Felipe Calderón, dejó una cicatriz profunda en el país. Más de 18 años después, la violencia no ha disminuido, sino que ha evolucionado y se ha ramificado. En 2023, México cerró con más de 30,000 homicidios dolosos, y en 2024, el número no parece estar retrocediendo. Las masacres, desapariciones y ejecuciones sumarias continúan azotando a regiones como Guanajuato, Michoacán, Jalisco y Zacatecas, donde los cárteles se han atrincherado.
Claudia Sheinbaum llegó al poder con un mandato claro: acabar con la militarización de la seguridad y buscar una estrategia más inteligente y social para combatir la violencia. Sin embargo, tras varios meses en el cargo, los datos siguen siendo alarmantes. Según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, México registra en promedio 25 homicidios diarios, lo que mantiene al país en una constante crisis de seguridad.
Una Nueva Estrategia para un Viejo Problema
La presidenta Sheinbaum ha dejado en claro que su enfoque será diferente al de sus predecesores. En lugar de depender del ejército para mantener el orden, su administración ha propuesto un plan basado en cuatro pilares: prevención, inteligencia, combate a la corrupción y justicia social. Sheinbaum ha subrayado la importancia de fortalecer las policías locales, mejorar las condiciones de vida en zonas marginadas y combatir la impunidad que sigue reinando en el sistema de justicia mexicano.
No obstante, muchos se preguntan si esto será suficiente. La Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad creado bajo la administración de Andrés Manuel López Obrador, ha sido criticada por su falta de efectividad y por estar mal equipada para enfrentar a los grupos criminales que dominan vastas zonas del país. A pesar de su controversia, la Guardia Nacional ha sido uno de los pocos instrumentos federales con una presencia significativa en las regiones más violentas, y la falta de apoyo de Sheinbaum a esta institución ha generado tensiones.
Cárteles en Guerra, México en Llamas
Mientras la administración de Sheinbaum busca una solución, los cárteles continúan operando con impunidad. El Cártel Jalisco Nueva Generación y el Cártel de Sinaloa siguen dominando grandes territorios, mientras que grupos más pequeños, como Los Viagras o La Familia Michoacana, se fortalecen en otras zonas del país. La lucha entre estos grupos por el control de rutas y territorios mantiene al país en llamas, con tiroteos diarios, bloqueos carreteros y ataques a las fuerzas de seguridad.
El aumento de la violencia en áreas urbanas también es un fenómeno preocupante. Zonas metropolitanas como la Ciudad de México y Monterrey, que tradicionalmente eran más seguras, han visto un incremento en los delitos de alto impacto como la extorsión, el secuestro y el asesinato. La violencia no respeta fronteras, y el miedo ha penetrado en todos los niveles de la sociedad mexicana.
La Extorsión y el Secuestro: Un Nuevo Rostro del Crimen
El crimen en México no es solo una cuestión de narcotráfico. La extorsión y el secuestro han alcanzado niveles alarmantes. Comerciantes, empresarios y ciudadanos comunes son víctimas de grupos criminales que exigen pagos a cambio de “protección”. Aquellos que no pueden pagar se enfrentan a una muerte violenta o a la pérdida de sus negocios. El país está atrapado en una espiral de miedo que afecta a todos los estratos sociales.
Además, la impunidad sigue siendo el talón de Aquiles del sistema de justicia. Más del 90% de los delitos en México quedan sin resolver, lo que refuerza la percepción de que la justicia es un lujo reservado para unos pocos. Esta falta de resultados ha generado una desconfianza generalizada en las instituciones y ha alimentado la percepción de que la violencia está fuera de control.
El Desafío Monumental de Sheinbaum
Claudia Sheinbaum enfrenta un reto descomunal. Aunque su enfoque en atacar las causas profundas de la violencia es bien recibido por muchos sectores, la urgencia de resultados inmediatos no puede ser ignorada. La presión es palpable, y cada día que pasa sin una reducción significativa en la violencia pone en duda su capacidad para cumplir con sus promesas.
El tiempo corre, y México sigue en llamas. La violencia continúa siendo una amenaza constante para millones de mexicanos, y la capacidad del gobierno para restablecer la paz será una prueba definitiva para la administración de Sheinbaum. ¿Será capaz de apagar el fuego antes de que las llamas consuman al país? Solo el tiempo lo dirá.