Claudia Sheinbaum ha presentado una serie de reformas constitucionales que, de aprobarse, transformarán el sistema electoral mexicano. Entre las principales propuestas se encuentra la reducción de costos de las elecciones y la prohibición de la reelección en cargos públicos, estipulando que ningún funcionario podrá continuar en su puesto más allá del año 2030. Estas medidas buscan dar mayor transparencia y equidad al proceso electoral.
Una de las reformas más destacadas es la que prohíbe que familiares directos puedan suceder a funcionarios electos, como alcaldes, diputados o senadores, cerrando una brecha común en la política tradicional mexicana. Este cambio es considerado fundamental para acabar con el nepotismo y fomentar una competencia más justa en los comicios locales y federales.
Por otro lado, se ha impulsado un paquete de reformas para proteger los derechos de las mujeres, incluyendo la implementación de la Ley Olimpia, que combate la violencia digital y el feminicidio. Estas reformas representan un avance significativo hacia la igualdad de género y la erradicación de la violencia contra las mujeres, consolidando a México como referente en derechos humanos.