La Secretaría de Seguridad Pública Municipal de Querétaro está implementando una nueva estrategia para reforzar el operativo alcoholímetro en la ciudad. Como parte de esta acción, se realiza un levantamiento de información para identificar las zonas de donde provienen las personas que rebasan los límites permitidos de alcohol, con el fin de enfocar medidas preventivas más eficaces.
Durante la aplicación de las pruebas de alcoholemia, los elementos de seguridad preguntan a las personas si provienen de un domicilio particular, un bar u otro tipo de establecimiento nocturno, explicó el titular de la dependencia, Juan Luis Ferrusca Ortiz. La intención es ubicar los puntos de origen más frecuentes y detectar patrones de comportamiento, lo que permitirá reforzar la presencia preventiva en esas zonas específicas.
“Estamos haciendo un levantamiento a partir del aplicativo de las pruebas, donde pedimos que nos indiquen si vienen de un bar o de una casa para saber dónde hacer énfasis y tomar decisiones preventivas”, detalló Ferrusca.
El secretario mencionó que la ciudadanía ha mostrado buena disposición a colaborar, y que en un par de meses se podrá realizar un análisis completo para evaluar el impacto de la estrategia, que fue implementada recientemente como parte del programa “No te la juegues”, el cual también incluye la capacitación de personal en bares y antros.
Desde el refuerzo del operativo, el número de personas infractoras creció de un promedio semanal de 20 a 24, a 37 o 38, lo que refleja la necesidad de mantener e intensificar los controles. En la última semana, se reportaron 37 personas detenidas, de las cuales 31 eran hombres y 6 mujeres, además de 32 vehículos remitidos al corralón.
Ferrusca también aclaró que hasta el momento no se han identificado grupos en redes sociales que alerten sobre la ubicación de los alcoholímetros, aunque hizo un llamado a evitar esta práctica, pues el objetivo es prevenir accidentes y salvar vidas, como en el caso de un hecho ocurrido el pasado 17 de julio que dejó personas lesionadas.
“Podemos poner muchos alcoholímetros, pero si no hay responsabilidad ciudadana, el problema persiste. No se trata de evitar la diversión, sino de hacerlo con responsabilidad: usar un taxi, pedir ayuda a un familiar o designar a un conductor sobrio”, concluyó.
El funcionario subrayó que los incidentes relacionados con el alcohol suelen ocurrir por la noche, cuando finalizan reuniones o fiestas, lo que refuerza la necesidad de continuar con operativos enfocados y de generar una cultura de prevención y movilidad segura.