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Sucesión en Morena Querétaro: ¿Control absoluto de Gilberto Herrera o surgimiento de un contrapeso?

Este sábado se vivirá un capítulo crucial en Morena Querétaro, donde el control del consejo estatal y la designación de su próxima dirigente están en el centro de la disputa. Con la salida de Rufina Benítez, ahora diputada federal, el consejo estatal debe elegir a una mujer para tomar las riendas de la dirigencia, aunque solo hasta 2025. El nombre del diputado federal Gilberto Herrera Ruiz resalta en este proceso, gracias a su influencia y mayoría en el consejo, lo que le garantiza virtualmente la continuidad de su liderazgo en el partido. Sin embargo, hay una facción que se resiste a este dominio y se organiza bajo el “tucogil” (todos unidos contra Gilberto).

Liderado por figuras clave como Luis Humberto Fernández, Sinuhe Piedragil, Santiago Nieto y Mauricio Ruiz, este grupo de contrapeso busca unificar sus esfuerzos para frenar la hegemonía de Herrera. Su reto es complejo: la mayoría de Gilberto Herrera en el consejo estatal le permite actuar con comodidad y seguridad para colocar a una dirigente afín. Intentar desbancarlo sin un plan estratégico y consensuado podría ser una jugada arriesgada, ya que una derrota los debilitaría, evidenciando su incapacidad para movilizar a la militancia morenista en Querétaro.

¿La dirigencia interina vale el riesgo?

Es importante recordar que esta dirigencia tiene un plazo limitado: solo durará hasta 2025. La prioridad para el ‘tucogil’ debería ser consolidarse para ese momento clave, cuando Morena Querétaro definirá la línea que guiará su estrategia rumbo a la conquista del estado. En este contexto, perder frente a Herrera Ruiz una vez más proyectaría la imagen de un grupo débil, incapaz de superar la barrera interna de Morena, que espera en sus líderes la fortaleza para competir en una entidad dominada por otros partidos.

Estrategia a futuro: fortalecer la oposición interna

Si el grupo de Luis Humberto Fernández y compañía decide enfrentarse ahora y cae derrotado, podrían perder credibilidad de cara a 2025. No solo sería una derrota personal, sino una señal a los militantes de que el “contrapeso” no tiene la fuerza suficiente para desafiar al liderazgo establecido. En cambio, enfocar sus energías y recursos en construir una base sólida para el próximo año les daría una oportunidad real de influir en la dirigencia y en la dirección que tomará Morena Querétaro.

¿Se arriesgará el ‘tucogil’?

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