El presidente Donald Trump iniciará su nuevo mandato con una serie de órdenes ejecutivas destinadas a endurecer las políticas migratorias de Estados Unidos. Entre las medidas más controvertidas se encuentra el fin de la ciudadanía por nacimiento, una práctica consagrada por más de un siglo en el país, así como el despliegue de tropas adicionales a la frontera sur.
Un funcionario de la Casa Blanca, bajo condición de anonimato, detalló que las órdenes buscan cumplir las promesas de campaña de Trump de reforzar la seguridad fronteriza y combatir la inmigración ilegal. No obstante, algunas de estas disposiciones, como la eliminación de la ciudadanía automática para todos los nacidos en el país, enfrentan serios obstáculos legales y seguramente serán impugnadas en los tribunales.
Las comunidades migrantes, que han estado en alerta desde la elección de Trump, se preparan para una intensificación de las deportaciones masivas y una mayor militarización de la frontera.
El fin de la ciudadanía por nacimiento, que otorga la nacionalidad a cualquier persona nacida en suelo estadounidense, representa uno de los mayores intentos de la administración Trump por redefinir los principios fundamentales de la ciudadanía en el país. Esta práctica, que también aplica a hijos de personas en el país ilegalmente o con visas temporales, será uno de los puntos de mayor debate en los próximos meses.
Aunque no se precisó la cantidad de tropas a desplegar ni los detalles sobre la implementación de las medidas, la administración entrante anticipa un amplio reajuste en las políticas migratorias. La próxima semana se espera que estas decisiones comiencen a generar reacciones tanto a nivel nacional como internacional, marcando el inicio de un periodo político cargado de tensiones.