El huracán Helene tocó tierra en Florida como categoría 4 y ha causado al menos 12 muertes en tres estados desde su llegada. Aunque se ha degradado a tormenta tropical, sigue afectando gravemente al sureste de Estados Unidos, dejando a millones sin electricidad y causando daños catastróficos en infraestructuras. Helene es el huracán más potente en azotar la región del Big Bend en Florida en décadas, y su paso ha provocado el cierre de escuelas, negocios y la cancelación de vuelos.
La tormenta, que cubre un vasto campo de vientos equivalente a la distancia entre Indianápolis y Washington, ha puesto a 60 millones de personas bajo alertas meteorológicas en 12 estados. Los expertos advierten que los cortes de electricidad podrían prolongarse por varios días o incluso semanas, mientras las autoridades trabajan para restablecer servicios esenciales. Hasta el momento, el impacto ha sido devastador para las comunidades afectadas.
Las autoridades han instado a la población a mantenerse informada sobre la trayectoria de Helene, ya que la tormenta continúa moviéndose hacia el noreste, donde podría seguir provocando inundaciones y más daños. La respuesta de emergencia se ha intensificado, pero se prevé que los efectos de Helene tardarán en ser completamente mitigados.