FILADELFIA – En el esperado debate entre Kamala Harris y Donald Trump, la vicepresidenta demócrata se destacó como la clara ganadora. Desde el principio, Harris mantuvo el control de los temas tratados y logró sacar de balance a Trump, quien se mostró desconcentrado y evasivo en varios momentos importantes.
De acuerdo con un sondeo de CNN realizado al final del evento, Harris obtuvo un 63% de aprobación frente al 37% de Trump, en lo que se espera sea uno de los pocos encuentros entre ambos antes de las elecciones de noviembre. A lo largo del debate, Trump esquivó preguntas esenciales y recurrió a afirmaciones inexactas, particularmente cuando abordó temas como la migración y la economía, lo que generó críticas por parte de los analistas.
Uno de los momentos más insólitos se dio cuando Trump hizo un comentario confuso sobre la población de Springfield, Ohio, afirmando que «están comiéndose a sus mascotas», lo que generó desconcierto entre los presentes y fue aprovechado por Harris para consolidar su posición.
El expresidente, que ya enfrentaba críticas por su falta de claridad, perdió puntos adicionales al evitar el contacto visual con su oponente y al extenderse en respuestas que no respondían directamente a las preguntas. Por el contrario, Harris mostró un estilo firme y claro, lo que le permitió conectar mejor con la audiencia y posicionarse como la ganadora de la noche.
Mientras el debate avanzaba, quedó evidente el nerviosismo de Trump, especialmente al observar que varios de sus seguidores comenzaron a retirarse antes de que el evento terminara, lo que aumentó la percepción de un desempeño por debajo de las expectativas para el republicano.
Imagen: @KamalaHarris