Petróleos Mexicanos (Pemex) cerró el sexenio de Andrés Manuel López Obrador con una deuda histórica y pérdidas acumuladas por 1.2 billones de pesos, según datos de diversas organizaciones civiles. A pesar de los millonarios rescates gubernamentales, que superaron los 2.1 billones de pesos, la empresa no logró sanear sus finanzas y sigue siendo la petrolera más endeudada del mundo.
La decisión de priorizar proyectos como la refinería Olmeca y mantener bajos los precios de los combustibles, aunado a la caída en la producción de crudo, profundizó la crisis financiera de Pemex. Especialistas advierten que la deuda de la empresa representa una carga significativa para las finanzas públicas y pone en riesgo la sostenibilidad del sector energético mexicano. A pesar de una ligera reducción en la deuda durante el sexenio, los próximos años serán cruciales para Pemex, ya que deberá enfrentar vencimientos de deuda por una cantidad considerable.