Representantes de bares y antros de la zona metropolitana de Querétaro solicitaron a las autoridades estatales abrir un canal de diálogo, argumentando que los cierres de establecimientos han afectado directamente a cerca de 700 familias. Jair Rivera, Verónica Madrazo y Jonathan Morales, en nombre de los propietarios, señalaron que estas medidas, implementadas tras los hechos ocurridos en el bar Los Cantaritos el pasado 9 de noviembre, los han puesto «en la cuerda floja».
Aunque apoyan las inspecciones y el cumplimiento de normativas, pidieron que se considere a los negocios que operan bajo la legalidad. Asimismo, cuestionaron la restricción del horario de cierre a la 1:30 a. m., ya que, según ellos, podría generar riesgos al incentivar traslados a otros estados para continuar con actividades nocturnas. Los antreros conformaron una comisión para buscar acuerdos con la Dirección de Gobierno de la Secretaría de Gobierno del estado y así encontrar soluciones que equilibren la seguridad con la viabilidad económica del sector.