El Rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, sigue custodiado por elementos de la Guardia Nacional tras confirmarse que fue utilizado por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) como un centro de adiestramiento y exterminio.
Colectivos de familias de desaparecidos y testimonios de sobrevivientes revelan que en el predio de 10 mil metros cuadrados se cometieron asesinatos, torturas y desapariciones forzadas desde al menos 2018. Sin embargo, algunas versiones apuntan a que estas prácticas ocurrieron desde 2012.
El hallazgo ha generado cuestionamientos sobre la falta de acción de las autoridades locales y estatales. El presidente municipal de Teuchitlán, José Asunción Murguía Santiago, aseguró que desconocía lo que ocurría en el lugar y pidió que la investigación inicie «desde arriba». En tanto, el Fiscal General de la República, Alejandro Gertz Manero, calificó como «increíble» que las autoridades locales no supieran de la existencia de este sitio.
En el rancho se encontraron prendas de ropa, zapatos, mochilas y objetos personales que sugieren que cientos de personas estuvieron retenidas allí. Organizaciones de derechos humanos han denunciado que las autoridades han sido incapaces de ofrecer respuestas y que la crisis de desapariciones en el país sigue sin ser atendida de manera efectiva.
Actualmente, la Fiscalía de Jalisco reporta 495 indicios encontrados en el sitio, pero aún no se ha confirmado el número de víctimas. Colectivos de búsqueda insisten en que el hallazgo es solo una muestra de la magnitud del problema, recordando casos similares en estados como Veracruz, Tamaulipas y Coahuila.
