Por: Luis Gabriel Osejo
Foto: Especial
En entrevista con Ciudad y Poder , el actual presidente del Tribunal Superior de Justicia de Querétaro, Braulio Guerra, habló sobre su trayectoria política, su pasión por la astronomía y el “poder que le falta” en su historial público. Entre anécdotas familiares y reflexiones cósmicas, dejaron claro que su vida no se reduce a la política, sino que está marcada por la música, el derecho y un profundo interés en el universo.
De la música y el derecho a la presidencia del Tribunal
Guerra recordó sus inicios como músico en la secundaria, cuando formó parte de la banda “Brigada Zero”, con la que incluso llegó a tocar como grupo de apoyo para reconocidos artistas. Sin embargo, la influencia de su padre y de un maestro de preparatoria lo llevaron a estudiar Derecho, disciplina que lo ha fascinado por décadas. “Soy un enamorado de mi carrera; la política se fue dando en el camino”, comentó.
Esa combinación de vocación jurídica y experiencia política lo condujo al Poder Legislativo —donde presidió el Congreso local— y ahora al Poder Judicial, como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Querétaro. Ante la broma de que solo le faltaría asumir el Poder Ejecutivo, Braulio respondió con humor que el “poder que le falta” es, en realidad, “el poder dormir”, aludiendo a la intensa agenda que maneja en el ámbito judicial.
Un viaje por las estrellas
Además de su faceta como funcionario, Guerra se confesó un apasionado de la astronomía. Durante la pandemia, profundizó en estudios de astrofísica junto a su hijo, con quien comparte noches de observación y análisis de telescopios. Explicó cómo el universo tiene alrededor de 13.800 millones de años, detalló la formación de las estrellas y describió la ecuación de Drake, que sugiere la posibilidad de vida en otros planetas.
“Somos polvo de estrellas”, afirmó, haciendo hincapié en que cada elemento químico que nos forma proviene de la explosión de astros anteriores. Su afición, dijo, le sirve de terapia y le ayuda a mantener una perspectiva más amplia ante los desafíos cotidianos de su cargo.
Sarcasmo y perspectiva cósmica
Lejos de obsesionarse con nuevos puestos de elección popular, Braulio Guerra se mostró reflexivo sobre la naturaleza pasajera del poder. “Si las estrellas nacen y mueren, ¿por qué los partidos no habrían de morir?’ comentó, en alusión a su decisión de cerrar etapas como la militancia partidista y enfocarse en servir desde el Poder Judicial.
Para él, la clave está en equilibrar sus múltiples intereses —desde la música hasta la cosmología— y no perder de vista que, en el gran orden del universo, la política “no deja de ser un viaje más” en la vida de cualquier persona.
El legado familiar
En el plano personal, Guerra recordó con cariño la influencia de su padre, Braulio Guerra Malo, quien fuera maestro de derecho internacional. “Lo extraño mucho. Me llevaba a sus clases cuando yo era niño; me sentaba a dibujar o me ponía a escucharlo hablar de tratados y soberanía”, contó. También destacó el papel de su madre, doña Celia Urbiola, como su gran motivadora y consejera.
Para el magistrado, la familia representa su punto de equilibrio, y su mayor satisfacción es poder compartir con sus hijos la misma pasión por aprender, explorar y “mirar más allá de lo inmediato”.
Con un tono cercano y salpicado de humor, Braulio Guerra dejó en claro que, aunque algunos lo proyectaban como gobernador, hoy está convencido de que el universo ofrece demasiadas posibilidades como para encasillarse en un solo sueño. “El futuro siempre está en expansión —bromeó—, igual que las estrellas.”