Revista

Querétaro, tierra vital de dicotomías complementarias

Por Alejandrina Escobar

Querétaro es por excelencia, una joya cultural inclusa en cada rincón que la compone.

La historia misma marca a este terruño como una referencia obligada del tiempo; de grandes acontecimientos y de quienes han hecho patria, pues es cuna de libertadores históricos que han marcado el devenir de nuestra nación.

Su ubicación geográfica le sitúa en el corazón de México y así como se encuentra en el centro de la República Mexicana, también late fuertemente en el corazón de quienes lo habitan, quienes lo visitan y se enamoran de sus dicotomías perfectas entre modernidad y tradición; entre vanguardia y origen.

Hay un tiempo glorioso que se relata minuto a minuto entre sus adoquinadas calles, plazas, plazuelas y andadores; hay relatos inagotables entre quienes escriben a diario el acontecer que será memoria en la posteridad y otros tantos recuentos que son un encuentro entre el pasado y el presente. Al fin, historia colectiva.

Su Centro Histórico contiene joyas de la arquitectura barroca, así como generosas edificaciones de la época colonial; sus sendas rosadas de adoquín y cantera enmarcan una experiencia sensorial de un tiempo sin tiempo, contenido en un momento de contemplación.

Aunada a la belleza de sus estampas y recovecos, Querétaro se distingue por la talla de sus escritores, actores, músicos, cineastas, artesanos, escultores… creadores que, a través de sus apuestas, han situado al estado, múltiples veces como referente cultural del país.

Su riqueza natural es otra de las virtudes insólitas de este estado, y es que podríamos decir que Querétaro, lo tiene todo: selva, bosque, semi desierto y una imponente Sierra Gorda que, recelosa entre cumbres, simas e inmensidad, alberga majestuosidad en sus ríos, cascadas, paradores y veredas.

Ahí emerge una variedad de expresiones culturales y tradicionales que son herencia de los pueblos originarios, especialmente de los otomíes y pames. Resalta también la tradición musical arraigada en las entrañas del estado en su zona Huasteca, que hermanada con otros cinco estados, hacen del huapango la expresión más elevada de esta región, vivida a flor de piel por sus bailadores y por sus músicos que exponen la vasta tradición poética.

En fin, Querétaro es tierra vital que vibra en el constante resplandor de un pasado y un presente que convergen para recordar de su historia, el origen; para avanzar con visión hacia el futuro con pertenencia, identidad y raíz.

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