Por: Griselda Osejo Ugalde Fotos y Video: Juan Espinosa
En una emotiva entrevista, Jesús Maya Pedraza, ganador del Premio Nacional de la Juventud en 2018, compartió detalles sobre su proyecto “Popotepl” y su lucha por un mundo más sostenible. El joven emprendedor, que ha enfrentado retos y obstáculos, demuestra como la pasión y la perseverancia pueden marcar la diferencia.
El proyecto “Popotepl” surgió mientras Jesús estaba en preparatoria, cuando una tarea escolar se convirtió en una oportunidad para crear un cambio significativo. Inspirado por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, Jesús decidió abordar el objetivo número 12: “Producción y Consumo Responsables”.
El emprendedor de tan sólo 16 años en ese entonces, ideó una solución creativa: desarrollar popotes comestibles hechos a base de algas y fruta natural. Su objetivo era eliminar los plásticos de un sólo uso y crear un producto amigable con el medio ambiente.

La tarea no fue fácil, y Jesús reconoce que no contaban con un conocimiento técnico especializado en el tema. Sin embargo, el joven emprendedor no se dejó desanimar y con esfuerzo y persistencia, fue mejorando su idea a través de prueba y error. Tras recibir el Premio Nacional de la Juventud, su proyecto adquirió una visibilidad inesperada, lo que le permitió extender su impacto.
Sin embargo, el camino no fue lineal. Jesús enfrentó desafíos y adversidades, incluido el cierre temporal de su proyecto debido a la pandemia. Pero su determinación prevaleció, y encontró nuevas oportunidades y perspectivas en momentos de cambio. Cambió su carrera académica a Relaciones Internacionales, involucrándose en proyectos de diplomacia, políticas globales y desarrollo sostenible.
Consejero para los jóvenes, Jesús alienta a que antes de querer cambiar el mundo, es fundamental conocernos a nosotros mismos. Encontrar una pasión genuina y una problemática que nos motive, para luego buscar soluciones y acciones que contribuyan a un cambio positivo en la sociedad.
La historia de Jesús Maya Pedraza es un ejemplo inspirador de cómo la juventud puede desafiar las expectativas, superar los obstáculos y perseverar en su búsqueda por un mundo más sostenible y justo. Su espíritu emprendedor y compromiso con el bienestar social son un recordatorio de que el cambio comienza con acciones individuales.
El futuro para Jesús es prometedor, pues continúa trabajando en nuevos proyectos y representando a México en foros internacionales. Su visión y determinación hacen que el futuro se vea más brillante, demostrando que la juventud es un pilar fundamental para la construcción de un mundo mejor.