Por Luis Gabriel Osejo
Foto: Especial
Video: Guillermo Muñoz y Ricardo Acosta
La administración de Luis Bernardo Nava pasará a la historia principalmente por dos razones: la primera, porque fue el primer alcalde de Querétaro en reelegirse, y la segunda, por haber enfrentado la peor crisis mundial de salud de los últimos 150 años. Hablar de los seis años de Nava para explicar su gestión sería injusto. Yo creo que conocimos a un primer Luis Nava antes de la pandemia de COVID-19, a otro Luis al enfrentarla, y un tercero durante su reelección.
Es necesario reconocer que su administración tiene un elemento fundamental que la distingue de las demás, no sólo a nivel estatal, sino también nacional. Quiero citar tres o cuatro acciones de gobierno que la destacaron por encima de otras administraciones: el programa «Médico en tu casa» para atender a los adultos mayores; los comedores públicos, que ofrecieron alimentos a quienes dejaron de generar ingresos y, por ende, de llevar comida a sus hogares en las zonas más vulnerables del municipio de Querétaro; la alianza con el gobierno del estado a través de «Transporte Contigo», que permitió movilizar a miles de queretanos por toda la ciudad sin costo alguno.
En materia de seguridad, creo que lo más notable de esta administración fue la innovación con los brazaletes que se entregaban a los adultos mayores que podrían tener dificultades para recordar dónde vivían o cómo regresar a su casa, permitiendo localizarlos a través de esta herramienta con el programa ‘de la mano por tu seguridad’.
Otro de los aciertos de esta gestión fue la «Universidad de las Mujeres», mediante la cual se ofreció educación a un costo mínimo o, en algunos casos, con becas del 100%.
En el ámbito político, todos nos sorprendimos al ver que Luis Bernardo concluyó su mandato sin buscar una posición electoral, aunque lo lógico y lo histórico hubiera sido que aspirara a una senaduría. Él permaneció hasta el final, reafirmando el eslogan del último informe de gobierno: ‘hasta el final’.
Para un periodista, es muy difícil adentrarse en el corazón de una administración. Yo lo hice porque fui parte de esta en sus primeros tres años y puedo dar constancia de las buenas intenciones de Luis Bernardo Nava Guerrero. Soy de los que creen que, en un futuro no muy lejano, volveremos a ver a Luis trabajando por sus sueños.