En el corazón de San Miguel de Allende se encuentra un edificio cargado de historia: la Casa de Allende. Construida en 1760 como regalo de bodas para María Josefa de Unzaga y Domingo Narciso de Allende, padres de Ignacio Allende, este inmueble fue testigo de los primeros años de vida de uno de los héroes más destacados de la Independencia de México.
Dentro de estas paredes, Ignacio Allende creció y forjó su carácter. A finales de 1810, la casa fue ocupada por las fuerzas realistas y meses después, desde aquí partió el primer ejército insurgente hacia la batalla del Puente de Calderón. Tras la consumación de la Independencia, la propiedad fue recuperada por la familia Allende y posteriormente vendida. A mediados del siglo XX, el gobierno del estado de Guanajuato adquirió la casa y emprendió un ambicioso proyecto de restauración.
Hoy en día, la Casa de Allende alberga un museo que nos sumerge en la historia de San Miguel de Allende y de su ilustre hijo. A través de objetos, documentos y fotografías, podemos conocer la vida cotidiana de una familia de la época colonial, así como los acontecimientos que llevaron a la Independencia de México. El museo también cuenta con salas dedicadas a la geología, la arqueología y la historia de la región, ofreciendo una visión completa del pasado de San Miguel de Allende.