Cada 2 de noviembre, en México se cree que las almas de los difuntos regresan al mundo terrenal para convivir con sus seres queridos y disfrutar de aquello que amaban en vida: desde sus alimentos y bebidas favoritos hasta sus pertenencias. Esta tradición, un crisol de creencias indígenas y católicas, fue reconocida en 2008 por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Para quienes deseen experimentar esta festividad en su máxima expresión, aquí presentamos seis destinos donde el Día de Muertos se celebra con intensidad y autenticidad.
1. Pátzcuaro, Michoacán
Con sus calles empedradas y arquitectura colonial, Pátzcuaro se convierte en el escenario ideal para el Día de Muertos. El 1 de noviembre, el pueblo recibe a los “muertos chiquitos” o almas de los niños, y el 2 de noviembre a los adultos. Durante esta celebración, las familias visitan las tumbas de sus seres queridos, adornándolas con ofrendas y flores, y pasan la noche en vigilia. Además, otras localidades de la región lacustre, como Janitzio y Tzintzuntzan, también se suman a este emotivo festejo.
2. Mixquic, Ciudad de México
Ubicado en la delegación Tláhuac, Mixquic inicia la celebración desde el 31 de octubre al mediodía, cuando suenan las campanas de la Parroquia de San Andrés para anunciar la llegada de las almas de los niños. El 1 de noviembre se recuerda a los niños fallecidos, y el día 2, en honor a los adultos, se ilumina el panteón con flores y velas, donde los familiares pasan la noche en compañía de sus seres queridos.
3. Oaxaca, Oaxaca
En Oaxaca, los preparativos comienzan días antes para tener listas las ofrendas. El 1 y 2 de noviembre, las velas, flores e incienso llenan el ambiente de la ciudad, mientras que en la Alameda de León se exponen mosaicos florales en honor a los difuntos. Los panteones iluminados y las calles vibran con la música regional, como “Dios nunca muere”, que rinde tributo a las almas que retornan.
4. Xochimilco, Ciudad de México
Este icónico lugar del sur de la capital celebra el Día de Muertos con representaciones teatrales, como la tradicional leyenda de La Llorona, y paseos nocturnos en trajineras adornadas. El 1 y 2 de noviembre, las familias acuden a las tumbas de sus seres queridos y adornan el lugar con velas y flores.
5. San Miguel de Allende, Guanajuato
Este pintoresco poblado celebra con actividades que incluyen altares, desfiles de Catrinas y espectáculos de danza. Además, lugares como Casa Hoyos presentan ofrendas especiales, como la diseñada por Karla Orozco. Para los amantes de la gastronomía, el hotel Live Aqua organiza la cena “Entre el mundo y el Mictlán”, el 1 de noviembre.
Cada destino ofrece una experiencia única para vivir el Día de Muertos en México, una celebración en la que la tradición y la cultura se entrelazan para honrar a quienes ya no están, pero cuya presencia aún se siente en el mundo terrenal.