Bajo las calles empedradas del centro histórico de Puebla yace un misterioso túnel que ha fascinado a historiadores y aventureros por generaciones. El Pasaje Histórico 5 de Mayo, descubierto accidentalmente en 2014 durante obras en el bulevar del mismo nombre, tiene sus orígenes en el siglo XVII y se ha convertido en un museo subterráneo que despierta la imaginación de quienes lo visitan.
Con una longitud de 477 metros, este pasaje ofrece solo una fracción de lo que podría ser una extensa red subterránea de hasta 12 kilómetros, que conecta puntos clave de la ciudad. El recorrido se inicia en el Barrio de Xanenetla, y continúa hacia el Lago de la Concordia, cerca de los fuertes de Loreto y Guadalupe, sitios emblemáticos de la Batalla del 5 de Mayo de 1862.
Aunque su propósito original sigue siendo un enigma, las teorías sugieren que el pasaje pudo haber sido una ruta estratégica utilizada por las tropas mexicanas para sorprender al ejército francés durante este histórico enfrentamiento. Se cuenta que, bajo el mando de Porfirio Díaz, los soldados emergían inesperadamente de los túneles, provocando que los franceses describieran que «los mexicanos brotaban de la tierra». Dentro del museo, se pueden apreciar restos como herraduras, cartuchos y armas, recordando los días en que el túnel servía como almacén de municiones.
Actualmente, el Pasaje Histórico 5 de Mayo invita a los visitantes a descender a las profundidades de Puebla y descubrir las historias y leyendas que aún susurran sus muros de piedra, envueltas en el misterio de siglos pasados.