Enclavada en un pequeño poblado a 18 kilómetros de Landa de Matamoros, la Misión de San Francisco de Asís del Valle de Tilaco se alza majestuosa sobre una pendiente. Construida entre 1754 y 1762 bajo la dirección de Fray Juan Crespi, esta misión, dedicada al santo de Asís, es un testimonio del fervor religioso y la maestría arquitectónica de la época.
A pesar de ser la más pequeña de las cinco misiones, Tilaco destaca por su excelente estado de conservación. Su fachada,dividida en nueve secciones, presenta un diseño sencillo pero elegante, con el escudo franciscano como elemento central.La iconografía de la misión es rica y variada, combinando elementos europeos e indígenas. Pequeños ángeles, mazorcas de maíz y la figura de San Francisco de Asís conviven con cuatro sirenas de rasgos indígenas, un detalle único que la distingue de las demás misiones.
Una de las características más sobresalientes de Tilaco es su capilla posas, ubicada en una esquina del atrio. Esta pequeña capilla, utilizada para las procesiones, es una de las mejor conservadas de todas las misiones. La Misión de San Francisco de Asís del Valle de Tilaco es un tesoro arquitectónico que nos invita a reflexionar sobre la profunda huella que dejó la evangelización en la Sierra Gorda. Su «fe ingenua», como se le ha denominado a su fachada, sigue siendo una fuente de inspiración para quienes la visitan.
