La Barranca de los Pilones, ubicada a 28 kilómetros de la cabecera municipal de Colón, es un lugar cargado de historia y belleza natural. Este cañón de piedra, con sus peculiares formaciones rocosas que le dan nombre, ha sido testigo de diversos acontecimientos a lo largo de los años.
Se dice que durante la Revolución Mexicana, la barranca sirvió como refugio para una banda de bandidos que aterrorizaban a los poblados cercanos. Tras un enfrentamiento con las fuerzas federales, los cuerpos de los bandidos quedaron esparcidos por el lugar, convirtiendo la barranca en un macabro escenario. Además, durante la Guerra Cristera, este lugar también fue utilizado como escondite por los rebeldes.
Más allá de su pasado turbulento, la Barranca de los Pilones es un paraíso para los amantes de la naturaleza y la aventura.Sus paredes rocosas, repletas de petroglifos y pinturas rupestres, son un testimonio del paso del tiempo y de las antiguas civilizaciones que habitaron la región. Los visitantes pueden explorar la barranca a través de senderos y escaladas, siempre tomando las precauciones necesarias.