Los bomberos entraron ayer por primera vez al área del enorme incendio en la base de supertanqueros de Matanzas para echar espuma y agua sobre los contenedores de combustible. El fuego destruyó 40 por ciento de la principal instalación de almacenamiento de Cuba, en un accidente que dejó al menos un muerto, 14 desaparecidos y 125 heridos, y que las autoridades consideran el peor en la isla.
Alexander Ávalos Jorge, segundo jefe de extinción del Cuerpo de Bomberos de Cuba, aseveró en conferencia de prensa que los cuatro tanques están “en la misma situación, con estructura colapsada, derretidos y con la superficie todavía en combustión”.
La pérdida de combustible es dramática para la isla, que atraviesa una seria crisis económica y energética, agravada por un duro verano. Aún no se han cuantificado los daños materiales, pero la base de supertanqueros de Matanzas, a unos 100 kilómetros de La Habana, es la más importante infraestructura de Cuba en el sector petrolero y es vital para surtir hidrocarburos a las termoeléctricas.
