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Casa de Ecala: Un ícono histórico en el corazón de Querétaro

La Casa de Ecala es un icónico edificio histórico en Querétaro, México, con una rica y compleja historia que se remonta a finales del siglo XVIII. Fue construido por Don Tomás López de Ecala, quien comenzó la edificación de una suntuosa residencia en 1780 en el lado poniente de la Plaza Mayor (ahora Plaza de la Independencia), colindando con la propiedad de Don Domingo Hernández de Iglesias al norte.

Una disputa surgió cuando Don Domingo notó que la construcción de Don Tomás sobresalía unos 42 centímetros por delante de su propia edificación, lo que le llevó a amenazar con adelantar su fachada también. Para evitar la invasión del terreno de la Plaza Mayor, las autoridades intervinieron y se entabló un litigio que, tras un prolongado proceso, falló a favor de Don Tomás, permitiéndole mantener su construcción adelantada. Para conmemorar su victoria, Don Tomás erigió una impresionante fachada de cantera, considerada una de las más hermosas de la ciudad. Una placa en uno de los balcones, con la inscripción “Juan Ignacio Vielma en 1748”, señala al artífice de los enrejados forjados y la fecha de finalización del edificio.

El edificio pasó por varias manos a lo largo de los años, siendo utilizado para diversos propósitos. Entre 1914 y 1920, fue la sede de las oficinas de correos y, durante el período en que Querétaro fue la capital nacional (de noviembre de 1916 a febrero de 1917), albergó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes del gobierno de Venustiano Carranza. En 1923, fue adquirido por la Compañía Hidroeléctrica Queretana y posteriormente por la Compañía Eléctrica Mexicana del Centro. Finalmente, en 1962, pasó a ser propiedad de la Compañía Industrial Eléctrica Mexicana.

En 1965, el Gobierno del Estado adquirió la Casa de Ecala, instalando allí la Casa Municipal de la Cultura y la biblioteca pública “Josefa Ortiz de Domínguez”. En 1980, el edificio fue desocupado para una reparación y acondicionamiento completos, y desde marzo de 1983 se convirtió en la sede de las oficinas del Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

Esta rica historia refleja la importancia de la Casa de Ecala no solo como un monumento arquitectónico, sino también como un testigo de los cambios políticos y sociales a lo largo de la historia de Querétaro y de México.

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