Expertos en educación y legisladores han criticado al Gobierno federal por su indiferencia hacia la prueba del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA), argumentando que la retirada de México de esta evaluación internacional fomentará la opacidad y el estancamiento educativo. Según informan, el Gobierno federal debería haber enviado la documentación necesaria para formalizar la participación de México en la edición 2025 de PISA, pero no lo hizo. Además, no asistió a reuniones clave en marzo ni ha mostrado interés en realizar pruebas piloto.
Teresa Bracho, ex presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), advirtió que abandonar pruebas como PISA y el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE) de la Unesco llevaría a México a la oscuridad en materia educativa, afectando a futuras generaciones. Eduardo Backhoff Escudero, también ex consejero presidente del INEE, refutó las críticas del Presidente a PISA, señalando que esta evaluación involucra a expertos internacionales y que su rechazo se debe más a razones políticas que técnicas. El diputado panista Héctor Saúl Téllez expresó su preocupación por la política educativa actual, calificándola de desastrosa, mientras que Agustín Carlos Basave, diputado de Movimiento Ciudadano, consideró que el Gobierno federal está desmantelando cualquier mecanismo que mida su desempeño.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha confirmado que México no ha cumplido con los requisitos para participar en PISA 2025. Andreas Schleicher, director de Educación y Competencias de la OCDE, envió una carta a la presidenta de la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mecoredu), Silvia Valle Tépatl, instando a México a reconsiderar su postura. Schleicher aclaró que, si bien hay tiempo para tomar la decisión hasta finales de 2024, México debe realizar una prueba de campo este año para mantener abierta la posibilidad de participar en PISA 2025.
