Este martes, tanques israelíes tomaron el control del crucial cruce fronterizo de Rafah en Gaza, mientras Israel continuaba su avance hacia la ciudad del sur, a pesar de las advertencias de sus aliados. A medida que Israel intensificaba su presencia militar en Rafah, las negociaciones de alto el fuego con Hamas se mantenían en una situación precaria, amenazando la frágil estabilidad de la región.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) advirtió que el cierre de Rafah, junto con el de otro cruce importante hacia Gaza, Kerem Shalom, podría causar un colapso en el flujo de ayuda humanitaria. Funcionarios de la ONU señalaron que el norte del enclave palestino ya estaba experimentando una situación de “hambruna en toda regla”, y el cierre de Rafah empeoraría significativamente el suministro de alimentos, medicinas y otros recursos vitales para los palestinos.
La incursión de Israel en Rafah se produjo poco después de que Hamas aceptara un alto el fuego mediado por Egipto y Qatar. Sin embargo, Israel consideró que la propuesta no cumplía con sus demandas principales y continuó su avance militar. La 401ra Brigada de Israel tomó el control operativo del cruce de Rafah, dejando a miles de palestinos en una situación aún más precaria. El Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto condenó la toma de Rafah, calificándola como “una escalada peligrosa”, advirtiendo que podría amenazar el acuerdo de paz de 1979 entre Egipto e Israel, elemento crucial para la seguridad regional.
