Por Staff Fotos: Especiales
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha ubicado al Sistema Penitenciario de Querétaro en el primer lugar del ranking nacional por su destacado respeto a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad. Este logro sin precedentes ha sido elogiado tanto a nivel estatal como nacional, posicionando al estado de Querétaro como un ejemplo de excelencia en la atención y cuidado de sus internos.
Bajo la dirección del comisionado estatal del Sistema Penitenciario de Querétaro, Gustavo López Acosta, el sistema ha implementado medidas de vigilancia de última generación que han demostrado ser efectivas en la prevención de actividades ilícitas dentro de las instalaciones carcelarias. Un claro ejemplo de esto fue el pasado enero, cuando las medidas de seguridad evitaron la descarga de narcóticos desde el aire, llevada a cabo por un dron que intentaba sobrevolar uno de los penales varoniles. Estos esfuerzos han fortalecido la seguridad interna y han contribuido a mantener un ambiente seguro y controlado en las cárceles del estado.
Gustavo López Acosta, Comisionado Estatal del Sistema Penitenciario de Querétaro. 
Querétaro es número 1 en respeto a los derechos humanos en los penales. 
La tecnología aplicada a la vigilancia ha logrado resultados sorprendentes en los penales queretanos. 
En los penales no hay drogas, riñas o autogobierno como sucede en otros estados.
López Acosta se ha mostrado comprometido con la protección de los derechos humanos de los internos y ha afirmado que los centros penitenciarios de Querétaro, no deben considerarse como lugares destinados a fomentar la delincuencia, sino como espacios que brindan una segunda oportunidad a aquellos que han cometido errores en el pasado. Su enfoque se basa en tratar a los reclusos con dignidad y respeto, sin excepción alguna.
El modelo implementado en el Sistema Penitenciario de Querétaro ha demostrado ser efectivo en la prevención del “autogobierno” que prevalece en otras cárceles del país. Además, se enfoca en la rehabilitación y reinserción social de los internos, con el objetivo de que, al obtener su libertad, puedan reintegrarse a la sociedad de manera productiva y sin estigmatización.
Esta iniciativa ha recibido el reconocimiento y el respaldo de la comunidad y de las autoridades, ya que representa un enfoque progresista y humano para el tratamiento de la población penitenciaria.
En un momento en el que la situación carcelaria en México está bajo escrutinio constante, el modelo de Querétaro destaca como un ejemplo a seguir para otros estados del país, ofreciendo una visión más esperanzadora y constructiva del sistema penitenciario. La consolidación de estas prácticas humanitarias y eficientes en Querétaro representa un paso importante hacia una justicia penal más equitativa y rehabilitadora en México.
